En general las situaciones de crisis hacen que sea más interesante invertir en bienes de valor intrínseco, y evitar así otros valores menos estables. Dado que la primera mitad de 2020 es tan volátil, es más importante que nunca centrarse en la inversión a largo plazo.
Por otro lado, para inversionistas que cuenten con suficiente capital, estabilidad o financiamiento, aparecen oportunidades en el sector. Se presentan en el mercado propiedades en venta de menos valor, de aquellos que están dispuestos a vender a un menor costo sus propiedades, para conseguir liquidez de capital.
Otro punto a favor de la situación actual es que la acelerada digitalización de todos los sectores y del mundo nos está permitiendo a los inversionistas un acceso aún mayor a datos compartidos de oportunidades inmobiliarias.
La revolución digital actual abre nuevas posibilidades en términos de: exhibiciones virtuales de propiedades, evaluaciones e inspecciones online, procesos de comercialización y negociación remotos y la internacionalización de las transacciones. Todo ello supone mejoras importantes de la productividad, mayor eficiencia, menos costos y nuevas oportunidades de inversión al alcance.